RENOVACIÓN DEL PARQUE SANTANDER DE BUCARAMANGA
El Parque Santander es uno de los pequeños parques urbanos del centro de Bucaramanga (Colombia), que con escasos 3600 mt2 ha representado un fuerte referente de la memoria urbana, bien sea por su localización céntrica como por los hechos históricos que allí han acontecido. Desde su fundación hace un siglo como plaza correlacionada al centro de la ciudad, hasta su incorporación a la noción republicana de parque ajardinado (proceso que se dio en la ciudad tras la estructuración de espacios públicos con esculturas de próceres civiles en un intento histórico por cerrar las heridas que dejó la guerra de los mil días a comienzos del siglo XX en la región); el parque, que toma su nombre de Francisco de Paula Santander – prócer de la independencia responsable de la estructuración de leyes como proceso posterior a la emancipación- ha sido espacio público por excelencia: allí han convergido discursos históricos en Colombia, manifestaciones civiles, lugar de tránsito y encuentro casual, escenario de la memoria ciudadana. Al año 2000, tras décadas de ausencia de cualquier tipo de mantenimiento, el parque tenía un estado material deplorable, haciéndose evidentes además, serios problemas funcionales: las circulaciones peatonales eran disfuncionales, las áreas verdes eran inaccesibles por cambios de nivel, creando una gran subutilización del espacio.
El sentido histórico del lugar, si bien existía, era susceptible de una restructuración en aras de ser potenciado, y en el proceso, era también factible ampliar usos del parque a futuro: aumentar su capacidad de estancia en cuanto a mobiliario urbano, corregir niveles topográficos garantizando una accesibilidad peatonal más amplia, relacionando además el espacio a los edificios con valores históricos y arquitectónicos adyacentes. Es en estas circunstancias que el equipo de Citu Experiencia Local gestó la idea de un proyecto de renovación para el parque en el año 2007, vinculando a organizaciones civiles, gobierno y gremios empresariales de la ciudad, con el fin de lograr un cambio enmarcado en el respeto hacia su sentido histórico y urbano. Así, se trazaron tres ejes de análisis en la fase de diagnóstico: 1) análisis urbano espacial, 2) análisis social y 3) análisis histórico. Del cruce de datos e información diagnóstica se propuso un espacio reivindicativo en lo monumental y patrimonial bajo el concepto de parque monumento-, no acudiendo a la escala o a la conservación a ultranza como determinante, sino a la potenciación del espacio público ciudadano con la presencia del prócer como co-participante del espacio público, vinculando “el todo” mediante un lenguaje estético unificado a partir de una materialidad fuertemente definida (mármol colombiano, concreto visto, metal, gres y madera) en contraste con elementos patrimoniales de mobiliario que aún permanecían, como lo eran las lámparas antiguas donadas en 1929 por el gobierno francés a la ciudad[1]. De igual forma se amplío considerablemente la plaza central, garantizando un mayor aforo para el encuentro, potenciando así el sentido democrático que debe tener todo espacio público dentro de las ciudades.
El diseño propuesto vinculó múltiples usos del espacio en zonas correlacionadas a partir de diversos tipos de mobiliario y acentos funcionales. (En el occidente, en relación a dos importantes edificaciones que se dedican a la cultura, se estructuró un ágora usando los niveles topográficos, materializando un espacio abierto con gradería para más de 450 personas; como se citó anteriormente la plaza central fue ampliada, vinculando mobiliario urbano de diferentes alturas, (tanto para niños como para adultos); en la zona oriental, caracterizada por más árboles, se definió una zona de descanso, con un mobiliario dispuesto para tal fin, dirigido a la contemplación del cielo y la luz filtrada que pasa por entre las ramas de los Guayacanes[2]. El monumento al prócer como objeto central se localizó al oriente, enmarcando la plaza y dotándola de una más pertinente escala humana, permitiendo el paso a través de la plataforma del pedestal , sirviendo este como conector entre zonas, estructurando una sala urbana que permite pequeñas reuniones en sillas y mesas en el espacio abierto. En este aspecto -contrario a la tendencia de usar la centralidad en la localización de esculturas-, se optó por desplazar la escultura del prócer a un costado para dar un mayor énfasis al encuentro ciudadano y al paso por la plataforma del pedestal. Se acude aquí a un símbolo de participación en la construcción de identidad –y de ciudad-, pues ésta, no corresponde a los hitos históricos, sino al tránsito y vida de los hombres y mujeres sobre el territorio.
Es desde el espacio público que percibimos el paso del tiempo, los cambios de la urbe, sus tendencias culturales y donde se ancla la imagen de la ciudad. Coherente a éste saber, el parque Santander refuerza estas nociones a través de una geometría radial y sobria que enmarca los elementos protagónicos en relación al contexto: La zona cultural como complemento a edificaciones vecinas que se dedican a la difusión del arte y la cultura, la plaza como centro del espacio, en el que la ciudadanía es la protagonista.
Se eligieron seis palabras que resumen el mensaje de Francisco de Paula Santander y que como conceptos universales se disponen en el piso de la plaza, a modo de recordatorio de aquello que construye las ciudades y las sociedades: Libertad, dignidad, educación, autonomía, ciudadanía, legalidad.
El proceso participativo fue transversal a todo el proyecto, y constó de múltiples encuentros con los distintos actores del Parque Santander, tanto en fase de diagnóstico como de proposición. Se llevó a cabo encuentros con los lustradores de calzado, gremios adscritos a las edificaciones cercanas más representativas, la curia representando a la iglesia Sagrada Familia, transeúntes y población flotante, vendedores ambulantes, etc. El parque fue construido por la Gobernación de Santander en el año 2009 con pequeñas modificaciones del proyecto presentado por Citu Experiencia Local, y a la fecha, tras nueve años de funcionamiento sigue demostrado, mediante los eventos y los hechos que se registran día a día, que la apuesta por la renovación total fue un acierto pues ha contribuido a incentivar al interior del espacio usos variados de distintos rasgos de la población bumanguesa.
__________
[1] Las ocho lámparas históricas que aún existían en el parque fueron restauradas e incorporadas en relación a los accesos peatonales de esquina y en relación a la plaza central, enfatizando la necesaria escala humana, un tanto perdida por edificaciones vecinas, exageradamente altas para el lugar.
[2] Dentro del proceso de diseño se elaboró un inventario forestal que determinó el estado fitosanitario de los árboles prexistentes. En coherencia a dicho estudio, se eliminaron 26 especies de árboles (algunos enfermos, otros de especies foráneas) para reemplazarlos por especies locales: Sarrapios, Guayacanes y Gualandays.
___
FICHA TÉCNICA
Nombre del proyecto: Renovación Parque Santander de Bucaramanga
Ubicación: Bucaramanga, Santader, Colombia
Arquitectos proyectistas y consultores: Arq. Alejandro Ordóñez Ortiz , Arq. Luis Alejandro Murillo Salguero | Proyecto desarrollado desde Citu Experiencia Local, Laboratorio de Proyectos Urbanos
Colaboradores en diseño : Fredy Villamizar
Diseñador Estructural: Ing. Carlos Arturo Vásquez
Diseño Hidrosanitario: Ing. Rafael Ortiz Pérez
Promotores del proyecto: Cámara de Comercio de Bucaramanga, Fundación Participar, Gobernación de Santander.
Construcción del proyecto: Gobernación de Santander /
Fotografías: Tomadas de la web (1-14-17-20) | Alejandro Ordóñez Ortiz
Materialidad: Concreto visto, madera teca, estructuras metálicas, adoquines de concreto y adoquines de gres.
Fecha de consultoría: 2007 Fecha de construcción 2010